
Lilith Bosch
Historia
En 1647, en Barcelona, vivía una triste mujer llamada Dolça Gual, que estaba muy afligida por la muerte de su marido. Un día vino un caballero al Palacio Real Mayor, el cual sólo entrar se enamoró en el momento que la vio. Él la quería seducir, ya que deseaba encontrar una mujer con la que casarse, pero ella le explicó lo que había sucedido. Entonces Ferriol el noble juró encontrar al asesino de su marido, sin saber que la verdadera culpable era la misma mujer.
Al día siguiente celebraron el entierro del noble Jan, al que fue casi todo el pueblo. Abraham, el obispo, y Adalaiz, la abadesa asistieron también, y estaban muy afligidos. Arsenda, la pintora, también estaba triste, puesto que hacía tiempo, había sido la amante de Jan. Por eso nunca se había llevado bien con Dolça. Oriol, que también estaba allí, estuvo todo el rato junto Dolça, que no dejó de llorar durante dos horas. Ferriol estaba allí, pero mantuvo unas distancias. Quería observar cada persona; sus caras, sus reacciones, las relaciones que podían haber tenido con el muerto… Aquella noche, Ferriol descansó en el Palacio. Dejó tranquila a Dolça y se encontró con Joana, la criada. Hablaron un rato sobre Jan. Se veía bien claro que a Joana no le gustaban sus amos, pero que le podía hacer... Ella le dijo que Jan era buena persona, pero de Dolça no quería hablar; para evitar problemas. Cómo estaba cansado fue a dormir. Mientras tanto, Dolça no dormía, sino que había quedado con Lilith, la bruja de Collserola. Antes del entierro habían hablado para que la bruja le trajera una poción mortal. La hizo esperar un buen rato y cuando por fin llegó, casi sin decir nada y con una mirada desconfiada, le entregó lo que había solicitado, cobró y se perdió en la oscuridad del bosque. Lo que no sabía Lilith, es que la poción era para Arsenda, quién había sido su amante en secreto. El plan de Dolça era fingir que no le guardaba rencor a Arsenda yendo a su casa y envenenándola con vino, la mataría. Entonces ella escribiría una carta de suicidio falsa, diciendo que había sido ella la culpable de la muerte de en Jan. Así lo hizo. Días después, Lilith se enteró y fue a hablar con Dolça. La bruja la quería delatar, pero la dama habló con Ferriol que la declaró bruja y la quemaron en la hoguera. Sus últimas palabras señalaban a Dolça. Cuando ya estaba muerta, dijo que, seguramente, Lilith mató a Arsenda con un maleficio, pero a Ferriol lo único que le preocupaba era que no había encontrado al asesino de Jan. Siguió investigando. Después de haber hablado con Abraham y Adalaiz salió de la iglesia, y allí estaba él. Su mayor enemigo, Eudald, que era famoso por ser el bandolero más noble de Barcelona. Hacía tiempo, hubo un conflicto entre ellos dos, que dejó más rencor que cicatrices. Lo vio entrar en una taberna, y él lo siguió. Cuando Eudald lo vio, se le acercó con serenidad, con calma, pero sólo Dios sabe, que en su interior sentía mucha ira. La peor parte se la llevó él y quería venganza. No dijeron nada, sólo compartieron una mirada de furia, y después pasó de largo. Ya recibiría otro día... Ferriol fue a hablar con Dolça y ella tuvo una idea. Sabía que no podía hablarlo con el caballero, puesto que su corazón era demasiado honesto para inculpar a un culpable inocente. En cambio su corazón no tenía ni un poco de culpabilidad, ni empatía ni arrepentimiento. Podía culpar a personas inocentes respecto a la muerte de su marido, pero para ella seguirían siendo culpables; ya fuera por tener amantes de los dos sexos, o por ser bruja o por robar dinero. Lo que quería hacer, era manipular a Ferriol para que creyese que Eudald había matado su marido. Y como era de esperar, lo consiguió. Al cabo de tres días colgaron al bandolero más noble de Barcelona.
Ferriol estaba alegre; se había vengado de su enemigo, se había ganado el corazón del pueblo...Pero lo más importante era que Dolça, su amada, se casaría con él. Se dirigió hacia su habitación, pero oyó una voz y se quedó fuera escuchando. Sintió la voz de Oriol y ella, que hablaban de fugar-se con el dinero, entonces se dio cuenta de que la asesina fue ella desde el principio. Entró y Oriol consiguió escapar, pero Dolça no. Ferriol dejó de ser Ferriol el noble, y pasó a decirse Ferriol Corazón Roto. Dolça fue encerrada en un calabozo donde se volvió loca y siempre que bajaba un guardián a darle la comida, estaba hablando sola o dando vueltas por la celda.